El amor
nace en el corazón
y se deshace en los sentidos.
Freissinet-D'Yzarn
PROFECIA (POEMA ANDALUZ)
Letra de Rafael de León
(No te mando más castigo,
que estés durmiendo con otro
y estés soñando conmigo...)
"Y me bendijo mi mare.
Diez céntimos le dí a un pobre
y me bendijo mi mare.
Ay, qué limosna tan chiquita,
qué recompensa tan grande."
¿Adónde vas tan deprisa
sin decirme ni ¡Con Dios!?
Me puedes mirar de frente,
que estoy enterao de tó...
Me lo contaron ayer
las lenguas de doble filo:
Que te casaste hace un mes,
y me quedé... tan tranquilo.
Otro cualquiera en mi caso
se hubiera echado a llorar.
Yo, cruzándome de brazos,
dije que me daba igual.
Nada de pegarme un tiro,
ni liarme a maldiciones,
ni apedrear con suspiros
los vidrios de tus balcones.
¿Que te has casao? Buena suerte.
Vive cien años contenta,
y a la hora de la muerte
Dios no te lo tenga en cuenta...
Que, si al pie de los altares
mi nombre se te borró,
por la gloria de mi mare
que no te guardo rencor.
Porque sin ser tu marío,
ni tu novio, ni tu amante,
yo soy quien más te ha querío.
Con eso tengo bastante.
-¿Qué tiene el niño, Malena?
Anda como trastornao,
con la carita de pena
y el colorcillo quebrao.
Y ya no juega a la tropa,
ni tira piedras al río,
ni se destroza la ropa
subiéndose a coger níos.
¿No te parece a tí extraño,
no ves una cosa rara,
que un chaval de doce años
lleve tan triste la cara?
Mira que soy perro viejo,
y estás demasiao tranquila.
¿Quieres que te dé un consejo?
Vigila, mujer, ¡Vigila!
Y fueron dos centinelas
los ojitos de mi mare:
-Cuando sale de la escuela
se va pa los olivares.
-¿Y qué busca allí? -Una niña;
tendrá el mismo tiempo que él.
José Miguel, no le riñas,
que está empezando a querer."
Mi padre encendió un pitillo,
se enteró bien de tu nombre,
te regaló unos zarcillos
y a mí un pantalón de hombre.
Yo no te dije "te adoro",
pero amarré en tu balcón
mi lazo de seda y oro
de primera comunión.
Y tú, fina y orgullosa,
me ofreciste en recompensa
dos cintas color de rosa
que engalanaban tus trenzas.
-Voy a misa con mis primos.
-Bueno, te veré en la ermita.
¡Y qué serios nos pusimos
al darte el agua bendita!
Mas luego, en el campanario,
cuando rompimos a hablar:
-Dice mi tita Rosario
que la cigüeña es sagrá,
y el colorín, y la fuente,
y las flores, y el rocío,
y aquel torito valiente
que está bebiendo en el río,
y el bronce de esta campana,
y el romero de los montes,
y aquella línea lejana
que le llaman... ¡horizonte!
¡Todo es sagrao: tierra y cielo,
porque así lo quiso Dios!
¿Qué te gusta más? - Tu pelo.
(¡Qué bonito me salió!)
-Pues, ¿Y tu boca, y tus brazos,
y tus manos redonditas,
y tus pies,fingiendo el paso
de las palomas zuritas?
Con la pureza de un copo
de nieve te comparé...
¡Te revestí de piropos
de la cabeza a los pies!
A la vuelta te hice un ramo
de pitiminí, precioso,
y luego nos retratamos
en las agüitas de un pozo.
Y hablando de estas pamplinas
que se inventan las criaturas,
llegamos hasta la esquina
cogidos de la cintura.
Yo te pregunté:-¿En qué piensas?
Tú dijiste:- En darte un beso.
Y yo sentí una vergüenza
que me caló hasta los huesos...
De noche, muertos de luna,
nos vimos por la ventana:
-¡Chsss! Mi hermanito está en la cuna.
Le estoy cantando la nana.
"Quítate de la esquina,
chiquillo loco.
Que mi mare no quiere,
ni yo tampoco."
Y mientras que tú cantabas,
yo, inocente, me pensé
que la luna nos casaba
como a marío y mujer.
¡¡Pamplinas!! ¡Figuraciones
que se inventan los chavales!
Después, la vida se impone:
TANTO TIENES, TANTO VALES.
Por eso, yo al enterarme
que llevas un mes casá,
no dije que iba a matarme,
sino que me daba igual.
Mas como es rico tu dueño
te vendo esta profecía:
Tú, por la noche, entre sueños,
soñarás que me querías,
y recordarás la tarde
que mi boca te besó,
y te llamarás "¡COBARDE!"
como te lo llamo yo.
y verás, sueña que sueña,
que me morí siendo chico,
y se llevó la cigüeña
mi corazón en el pico.
Pensarás: "-No es cierto nada.
Yo sé que lo estoy soñando."
Pero allá en la madrugada
te despertarás llorando,
por el que no es tu marío,
ni tu novio, ni tu amante,
sino el que más te ha querío.
Con eso tengo bastante.
Por lo demás, tó se olvía.
Verás como Dios te manda
un hijo como una estrella.
Avísame de seguía,
me servirá de alegría
cantarle la nana aquella...
Pensarás:"-No es cierto nada.
Yo sé que lo estoy soñando"
Pero allá en la madrugada
te despertarás llorando...
Porque sin ser tu marido,
ni tu novio, ni tu amante,
yo soy...¡Quien más te ha querío!
¡Con eso tengo bastante!
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